jueves, 25 de marzo de 2010

Padecer en las escuelas rurales

Santa Cruz
tienen un millón de alumnos

Una encuesta sobre colegios en el campo reveló que la mitad no tiene computadoras ni puestos sanitarios y que no brindan formación laboral a los estudiantes.
Por Tamara Smerling - Diario Critica Digital

Guardapolvos patagónicos. Los nenes de la escuela primaria de la comunidad mapuche Huayquillán.

“Soy la directora de una escuela muy humilde, de madera, que tiene letrinas, donde 153 alumnos conviven en tres salones. Son chicos que van desde jardín de infantes, de cuatro y cinco años, hasta los de 16, que van a séptimo grado. Los más chiquitos tienen su propio salón, pero a los más grandes los divido en dos grados, los separo por filas y pongo un pizarrón en cada esquina.
Unos miran adelante y otros para atrás. Nos falta de todo: letrinas, ventiladores, salones, estufas; queremos una escuela de material”, dice Soledad Saldaño, que viajó desde Salta, donde nació hace 28 años, para dar clases en la Escuela Nº 876 que funciona hace tres en el paraje Juanita, en San Pedro, Misiones. Fue una de las 1.015 directoras y maestras de escuelas rurales que respondió la primera Encuesta sobre Educación y Desarrollo Rural que organizó la Red de Comunidades Rurales que busca dar a conocer los problemas que atraviesan esos centros educativos ubicados en pequeñas comunidades, pueblos o parajes de todo el país.
Entre los principales resultados de la investigación, que se dio a conocer esta semana, figura que el 88% de los consultados dijo que los jóvenes no tienen formación laboral y se ven obligados a emigrar a las grandes ciudades, que el 52% de las escuelas no tienen computadoras –sólo un 28% tiene una sola– y que el 96% reconoce que no existen programas de alfabetización digital. En la Argentina existen unas 15 mil escuelas rurales, donde estudian casi un millón de alumnos. Representan el 40% de los centros educativos. Patricio Sutton fue quien ideó y llevó adelante el trabajo. La Red de Comunidades Rurales, que se creó en 2007, buscó completar la información oficial que existe sobre las escuelas rurales “desde una mirada actual e independiente”, para conocer la situación que viven esas regiones.
En el trabajo –en el cual aportaron unas 160 organizaciones sociales, las fundaciones Andreani y Bunge y Born y el análisis de los datos por parte de Cippec– se encontraron con que el 86% de las escuelas dentro de comunidades aborígenes no tienen docentes bilingües, que el 49% dijo que la deserción escolar sería más alta si no tuvieran comedor y que el 53% no tiene puestos sanitarios. Sutton piensa: “Hay un abandono muy grande en la educación rural y es clave lograr mejores condiciones. No sirve de nada que nos apilemos en las grandes ciudades. Los mismos pibes hacen un esfuerzo enorme para ir a estudiar. En Santiago del Estero, en el paraje San Gregorio, un docente contó que los chicos hacen 35 kilómetros en bicicleta para ir a su escuela. Eso habla de los riesgos y del esfuerzo de los alumnos”.
En la Patagonia, la realidad es otra. La Escuela Nº 76 “Luis Pasteur” está ubicada en el paraje Chipauquil, a 65 kilómetros de Valcheta, Río Negro. Fue creada en 1926 y Analía Soriano llegó en 2003, cuando asumió como directora. Es una escuela hogar que tiene 12 alumnos de 6 a 15 años, de primero a séptimo grado, que viven durante la semana y vuelven a su casa cada 15 días: “Los chicos duermen y comen en la escuela, hay un edificio para el colegio y otro para comedor, y habitaciones. Está en buen estado, pero con esfuerzo. Las familias de los chicos son de bajos recursos, pequeños ganaderos ahora con dificultades por el clima y por el poco valor que tiene la lana. Una de las principales preocupaciones que tenemos es qué posibilidades les ofrecemos para que no se vayan a las ciudades, porque no es lo mismo ser pobre en el campo que en una villa miseria de Buenos Aires”.

viernes, 19 de marzo de 2010

Gracias por toda la ayuda para Concordia



Las inundaciones que afectaron hace un tiempo a Entre Ríos se hicieron sentir especialmente en Concordia. Es por eso que el Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural de OSPRERA realizó una intensa campaña para auxiliar a la Escuela N° 47 “Justa Gayoso”, que alojó a casi cincuenta personas evacuadas de la zona.

Desde Buenos Aires, la Dra. Bibiana Mónica Ruibal, coordinadora del Programa, gestionó las donaciones, que fueron entregadas por el Cro. Walter Cáceres, Secretario General de la Seccional N° 501 – UATRE Concordia.

Mediante la solidaridad de los donantes, y especialmente de la Sra. Angelita, de “La Esquina de las Flores”, pudimos llevar ropa, calzado y otros artículos de primera necesidad a las familias evacuadas. A todos los que colaboraron, ¡gracias! Su esfuerzo hizo que la ayuda fuera posible.

Ayuda para una escuela mendocina en zona arrasada por tormentas



Hace unas semanas, una enorme tormenta de piedra y granizo afectó las localidades de General Alvear y Villa Atuel, en la provincia de Mendoza. El cataclismo destruyó los cultivos de vides, plantas frutales y huertas que tenían los pobladores rurales, y arrasó con sus viviendas. Pese a las inclemencias del tiempo, acudimos para ayudar a la Escuela Rural “Suipacha” 1-241 de Paraje Soitué Norte, del Distrito Villa Atuel, Mendoza.

La escuela, enclavada en los llanos mendocinos del centro y del este provincial, cuenta con una matrícula de 20 alumnos que van desde nivel inicial hasta 7º grado. Desde diciembre del año pasado, su director, Bartolomé Vargas, reclamaba a las autoridades escolares la reparación de la bomba de extracción de agua potable, que se quemó a causa de una fuerte tormenta de verano. A partir de ese momento debían acarrear agua de fincas vecinas para alimentar e higienizar a los alumnos.

Desde el Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural de OSPRERA entregamos un motor para extraer agua potable, ropa, juguetes, zapatillas y material didáctico para los alumnos. Todos estos elementos fueron donados por particulares y por Angelita, propietaria de “La Esquina de las Flores”, un conocido comercio de Buenos Aires.

El director, con una vasta experiencia educativa, agradeció enormemente este aporte. Nos comentó que años atrás había cuatro importantes bodegas en el valle; vivían unas 100 familias, y la escuela tenía una matrícula que superaba los 100 alumnos. Hoy, quedan apenas una bodega y ocho familias viviendo en la zona, con grandes dificultades para subsistir.

Contemplando las necesidades de los pobladores, el docente implementó talleres tales como “Plástica y Artesanías”, “Huerta Escolar e Invernadero” y “Conservación de Frutas y Verduras”. Los productos artesanales que se elaboran, preparados bajo estrictas normas de higiene y seguridad alimentaria, son empleados todo el año en el comedor escolar, y los alumnos pueden llevarse el excedente a sus hogares, favoreciendo una alimentación sana y variada. Las actividades alcanzan también a la comunidad: se está organizando un “Taller de Costura” para que las madres de los alumnos arreglen y confeccionen la ropa de sus familias.

Para completar la gestión del Programa, el Secretario de Acción Social de OSPRERA, Cro. Rubén Benítez, se comprometió a gestionar el envío del Móvil Odontológico para que atienda y prevenga la salud bucal de estos niños, que viven muy alejados de los centros urbanos. Y en el futuro se enviará también el Consultorio Móvil de OSPRERA para que atienda la salud de los adultos, pobladores rurales de la zona cercana a la escuela que, hasta ahora, habían sido dejados a su suerte.

lunes, 1 de marzo de 2010

Poema

Marzo es, en mi memoria, mi niñez en Mercedes
la casa de mis padres, el retorno a la escuela
y ese final de todo final de vacaciones,
ante los libros nuevos y la nueva maestra.

Y es la voz de mi madre que llama para el día,
y es el aire más leve y el cielo más alto,
y es, desde las primeras auroras del otoño,
mirar partir las noches últimas del verano.

Marzo alumbra mi infancia con luz de primavera
-para ser primavera le faltaban glicinas-;
el sueño podía tocarse con las manos y estaban
muy distantes las cosas de la vida.

Luis Cané.