"El lazo más fuerte que tenemos con la vida se expresa en la sonrisa de un niño". Janusz Korczak (Varsovia 1878 Treblinka 1942)
miércoles, 20 de julio de 2011
martes, 12 de julio de 2011
Filman documental en una escuela rural
La comunidad de la colonia Presidente Yrigoyen (a unos 65 kilómetros al sur de esta capital) se encuentra "agitada" al ser protagonista del filme de un documental propiciado por una ONG norteamericana que eligió justamente un trabajo científico que dos alumnas de la escuela rural lugareña llevaron en representación del país a la ciudad de Los Ángeles en EEUU, en el marco de la 62° edición de la Feria Internacional de Ciencia y Tecnología.
Todo comenzó cuando las estudiantes formoseñas Emilce Espinoza y Clara Duarte de la Escuela Secundaria 78 de la colonia rural Presidente Yrigoyen fueron elegidas por la ONG neoyorkina llamada "100 People Foundation" para realizar una filmación sobre cómo la ciencia puede solucionar problemas locales por su trabajo sobre el uso sustentable de la espina corona para realizar una filmación, tras apreciar las varias decenas de investigaciones que se mostraron en Los Ángeles, Estados Unidos.
"La experiencia fue un sueño" apreciaron en ese entonces las jovencitas, comunidad de 300 habitantes situada al sur de la provincia en el departamento Pilcomayo, quienes viajaron junto al docente José Martínez como parte de la representación de la Argentina en la temática "Educación y Medio" Ambiente".
Las estudiantes aludieron a que su investigación verso sobre el "uso sustentable de la Gleditsia amorphoides", conocida como espina corona. Indicaron que "a esta especie se la talaba mucho en esta zona, y nos propusimos averiguar que otros uso tenía esta especie y promocionar ello ante los pobladores, dándole nuevas posibilidades para que mejoren su calidad de vida y por supuesto que también se proteja el ambiente a través del uso racional de la especie".
"Las investigaciones hechas nos permitieron ver sus múltiples aplicaciones en diferentes industrias, en la farmacéutica, cosmética, alimenticia", aludieron, para señalar que "se pusieron en marcha experiencias novedosas como la de elaborar alimento balanceado para gallinas ponedoras, la chaucha es tratada y destinada al alimento del ganado bovino".
Eduardo Castillo
Servicio de Atención al Beneficiario
OSPRERA – Delegación Formosa
jueves, 7 de julio de 2011
Un tren a Pampa Blanca
El director debutante Rodolfo “Fito” Pochat se sube al tren “Alma- Hospital de Niños” y atraviesa 1500 km, partiendo de Buenos Aires. El destino final será Pampa Blanca, en Jujuy. Un viaje hacia una Argentina de necesidades básicas insatisfechas, en la que un grupo de profesionales de la salud pone el pecho ante la nada e intenta actuar sobre una población con niños desnutridos, chagásicos, pobres de toda pobreza. Pochat entremezcla la geografía del paisaje con los habitantes y se interroga sobre los alcances y limitaciones del trabajo. Coproducción argentino-española, Un tren a Pampa Blanca recibió el Premio a la Mejor Opera Prima en el último Festival Internacional de Documentales Santiago Alvarez in Memoriam, en Cuba. Pochat es egresado de la Enerc, dependiente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, y ha trabajado como director de canales de cable (The Big Channel y Solo Tango). En charla con Página/12, el director comparte detalles del film, que se estrena hoy en el Espacio Incaa Km 0 (Gaumont) y en el Arteplex Belgrano.
–¿Por qué decidió hacer este documental?
–Al comienzo del proyecto, el tren no funcionaba; estaba en reparaciones. Recorrí los pueblos para ver cómo vivían y cuáles eran sus necesidades. El tren funciona desde hace treinta años. Sin embargo, aún se requieren soluciones de fondo, que no son sólo responsabilidad de un gobierno determinado. Son problemáticas económicas y sociales, de las que la salud es sólo una parte. El equipo de profesionales tiene buenas intenciones. Es valorable el hecho de que les presten atención a poblaciones alejadas de la mano de Dios. Sin embargo, son conscientes de sus limitaciones y del hecho de que una visita de tres días no alcanza a resolver la problemática de la salud. Aportan su granito de arena y su presencia es un llamado de atención.
–¿Cómo logró intimidad con los pobladores?
–Relacionarme con la gente y lograr intimidad con ellos para poder contar su problemática resultó un verdadero desafío. El director no puede abusar del poder ante los entrevistados. Traspasar la línea sería vulnerar sentimientos. Con algunos establecí una relación muy estrecha, como es el caso de Adriana, una chica que estaba embarazada. Ella estaba esperando turno y yo intervine para que se la atendiera rápido. La acompañé en la ambulancia hasta el hospital de Perico y presencié el parto, como muestra la película. Era su tercer parto. Sus hijas anteriores eran de padre desconocido y las había tenido en su casa, en condiciones sumamente precarias. Adriana me permitió superar preconceptos. Yo no la culpaba de su embarazo, pero sí pensaba que las campañas de divulgación de los métodos anticonceptivos por parte del Estado son insuficientes. El problema no era, sin embargo, el Estado. Estas mujeres tienen un fuerte deseo de quedar embarazadas. No tienen trabajo, familia, ni educación; rara vez reciben la alimentación necesaria y sólo desean ser madres. Este sentimiento arraigado culturalmente les da sentido a sus vidas y construyen su mundo alrededor de él.
–El racismo aflora en varios testimonios...
–Me impresionaron los comentarios racistas, la discriminación de pobres contra pobres. Pero algunos no lo quieren ver porque los que allí viven no son compatriotas. Todavía hay gente que cree que esto se resuelve impidiendo la entrada de los bolivianos a la Argentina.
Medio: Pagina 12
Autor: Ana Bianco
Fecha de publicación: 28/04/2011