miércoles, 23 de diciembre de 2009

OSPRERA visitó una escuela albergue entre plantaciones de yerba, té y eucaliptos



Luego de recorrer más de 1000 kilómetros desde Capital Federal llegamos a la Escuela Albergue Nº 313 “Lapachito” en Paraje San Horacio, Gobernador Virasoro, Provincia de Corrientes. La misma está emplazada a la vera de un camino rural de relieve ondulado e intensamente rojo y una vegetación exuberante. El paraje queda a unos 20 kilómetros de Apóstoles, Misiones, y a unos 80 de Gobernador Virasoro, Primer Polo Forestal, Yerbatero, Tealero e Industrial de la Provincia de Corrientes (21% de la producción forestal, 50% del té y 60% de la yerba mate del total de la Provincia). Actualmente cuenta aproximadamente con 40.000 habitantes y es una de las ciudades más prósperas de la tierra del Taraguí.

Sin embargo, nada de prosperidad se respira en la Escuela Albergue, verdadero hogar para los 20 alumnos que todos los lunes llegan a la escuela gracias a un remise que los pasa a buscar por sus casas. El remisero, acompañado por el portero de la escuela, se encarga de trasportar a los chicos prácticamente con lo puesto, dado que en muy raras ocasiones llevan ropa para toda la semana. Los chicos se alojan en la escuela hasta los viernes, cuando regresan a sus casas nuevamente acompañados por el portero.

Algunos niños no se alojan en la escuela, como en el caso de una chiquita de tan sólo 5 años que todos los días recorre en su bicicleta 7 kilómetros de ida y otros 7 de vuelta para asistir a la escuela, algunas veces acompañada por su madre.

La Directora y Maestra es Susana, una docente oriunda de Corrientes que ejerce el cargo hace un año y vive con su hijo, que cursa 5º en la escuela. Su esposo vive y trabaja en Corrientes, y la familia se reencuentra los fines de semana. Como la mayoría de los alumnos llega con lo puesto, la directora debe arreglárselas para darles ropa y calzado durante la semana, al igual que alimentos y útiles escolares. También trata de proveerse de medicamentos, ya que cuando un niño se enferma los padres no lo cuidan, algunos porque viven muy lejos, y otros porque consideran que esa es función de la maestra. Así, Susana oficia de educadora, cocinera, enfermera y madre de los chicos.

Desde hace 6 meses, la docente no se siente tan sola, porque cuenta con la ayuda de la Dra. Bibiana Mónica Ruibal, del Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural de OSPRERA, y de Sergio Greniuk, de Gobernador Virasoro. Mediante la colaboración del Transporte de Fernando Narvaja, de la Empresa Las Marías, recibe numerosas donaciones de Graciela, Miguel y otros donantes de la ciudad de Buenos Aires.

Cuando nos despedimos de los niños y de su maestra, en el Día de la Virgen Inmaculada y próximo a la Navidad, advertimos la tristeza que había en sus corazones, pues el viernes 11 de diciembre fue su último día de clase y debían regresar a sus casas. En muchos de los hogares de esos chicos impera el desorden, la falta de alimentos, el maltrato infantil, el trabajo duro en las plantaciones de yerba mate o té, o en los montes hachando eucaliptos. Los alumnos tenían además la incertidumbre acerca de si el año próximo podrían volver a la escuela, ya que con frecuencia sus padres o algún empleador deciden que los niños deben seguir trabajando y abandonar el estudio. Los chicos saben que a muchos los espera un futuro de ignorancia y trabajo en condiciones paupérrimas.

Es por eso que, tras la conformación del nuevo Parlamento, creemos que existe una gran oportunidad para que los legisladores impulsen leyes que fortifiquen a nuestro sistema educativo, permitiendo el sostenimiento de la escuela pública y de los salarios docentes. Es esencial mejorar los edificios escolares, otorgar becas estudiantiles a los alumnos rurales, para disminuir la deserción y el fracaso de los alumnos, e incentivar la inclusión y la retención escolar. Para ciertos sectores sociales, entre los que se cuenta el campo más empobrecido, la escuela es el lugar del asistencialismo y el disciplinamiento social, en detrimento de la función pedagógica. Es preciso recordar que la educación es el basamento de la justicia social, en un país en el que los únicos privilegiados deberían ser los niños. Luchemos porque se cumpla con este ideal, que traerá alegría y esperanza a tantos pequeños desprotegidos.

martes, 15 de diciembre de 2009

Más de la mitad de las escuelas rurales carece de computadora

Asediadas por la precariedad, el aislamiento y la pobreza estructural, casi mil escuelas rurales argentinas adolecen de sistemas de alfabetización digital, y apenas la mitad de ellas cuenta con computadoras, que en el 30 por ciento de los casos es la única de la institución.
Los datos se desprenden de una Encuesta sobre Educación y Desarrollo Rural que realizó por todo el territorio argentino la Red de Comunidades Rurales entre el 2008 y el 2009.
La investigación estuvo dirigida a directivos y docentes con el fin de recabar información sobre la situación educativa y social que se vive en los parajes, comunidades y pequeños pueblos rurales.
“Debido a la falta de recursos económicos y humanos, hay un acceso muy limitado a las nuevas tecnologías por la falta de computadoras, de materiales educativos y de cursos de alfabetización digital”, sostiene Maud Zemborain, responsable del área de Investigación y Servicios Informativos de la Red de Comunidades Rurales.
Además, hay pocos docentes especializados: el 61 por ciento de los maestros de informática no reciben capacitación, cuestiona.

Virtualmente incomunicados

Otro importante obstáculo para el desarrollo de las comunidades rurales es su aislamiento; en primer lugar, vinculado por la falta de medios de comunicación.
Es que muchos establecimientos se encuentran virtualmente incomunicados, según los resultados de la encuesta: en la región norte del país (NOA y NEA) se presentaron las mayores carencias.
En promedio, el 19 por ciento de las escuelas relevadas no tiene ningún medio de comunicación, sólo el 3 por ciento cuenta con teléfono de línea y un 4 por ciento tiene conexión a Internet.
Como contrapunto, el medio más extendido de comunicación parece ser el celular, dado que más de la mitad (57 por ciento) de las escuelas relevadas tenían móviles.
En el resto de las regiones existe mayor acceso a teléfono de línea y conexión a Internet, especialmente en Patagonia (59 y 39 por ciento, respectivamente).

Signo alarmante

Un signo alarmante del agravamiento de la pobreza -dice Maud- es la importancia del comedor escolar: el 71 por ciento de las escuelas cuenta con uno.
En el norte del país, que mantiene los índices de pobreza más altos de la Argentina, esta cifra llega a casi la totalidad (95 por ciento), mientras que en la región de Cuyo y en la región Pampeana sólo la mitad de los establecimientos cuenta con estas instalaciones.
La encuesta indagó también sobre la percepción de los actores educativos sobre el grado de abandono que generaría la ausencia de comedor en las escuelas, y los resultados fueron contundentes.
La mitad de los referentes consideró que habría mucho abandono, mientras que menos de un tercio cree que esto tendría poca o ninguna incidencia.
Como era esperable -evaluó la mujer- la percepción de que la existencia de un comedor condicionaría la asistencia de los alumnos fue muy elevada en las regiones del norte y en Cuyo, justamente donde se concentra el mayor número de niños pobres y de los comedores escolares.

A LOS MAESTROS RURALES (chacarera)

Letra y Música: Cuti y Roberto Carabajal

Mi abrazo con chacarera
con los maestros rurales
los que andan con sus verdades
catequizando fronteras
maestros de campo afuera
pilar de grandes ciudades

Mi canto se va en ternura
por la maestra primera
paciencia de misionera
del tiempo de la dulzura
quisiera a su almita pura
volcar mi savia coplera

Al norte de mis anhelos
le puso el hombro la escuela
allí encontré la alfarera
que me ha moldeado el camino
maestra fue mi destino
viruta de tu madera

Al pie de tu apostolado
maestro de mi Argentina
que vas dejando la vida
al filo de las fronteras
te dejo esta chacarera
sincera y agradecida

La lluvia de los inviernos
no puede con su pujanza
banderas de la enseñanza
son los maestros rurales
que sacan de los barriales
las flores de la esperanza

Me acuerdo de mi maestra
con su guardapolvo blanco
andando entre tantos changos
como si fuera una diosa
con manos de mariposa
que nos andaban cuidando

Mandinga se prende fuego
contra el dolor de las piedras
se resquebraja la tierra
el sol se rompe en pedazos
y la maestra a caballo
le va cuerpeando en la sierra

Al pie de tu apostolado
maestro de mi Argentina
que vas dejando la vida
al filo de las fronteras
te dejo esta chacarera
sincera y agradecida

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ayuda para familias inundadas de Corrientes



Monte Caseros, en Corrientes, enfrenta las peores lluvias de que se tenga memoria en los últimos 50 años, con unos 500 milímetros de agua caídos. Cientos de evacuados fueron reubicados y reciben atención sanitaria, pero muchos pobladores se resisten a dejar sus hogares, por los que tanto lucharon y que hoy son arrasados por las aguas.
Para colaborar con estas personas, que viven entre el agua y el barro, en casillas inundadas sin servicios de electricidad, gas ni agua potable, desde el Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural de OSPRERA llevamos 18 cajas con donaciones a la escuela de la zona. Entregamos ropa (seca), calzado, juguetes, útiles escolares y alimentos a la Escuela “General San Martín Nº 92” de Paraje 2 Vías de Monte Caseros.
Todo lo que enviamos fue recolectado por alumnos de la Escuela Media Nº2 de Tigre, en el marco de su proyecto “Marchemos a la Frontera”. El establecimiento se contactó con nosotros porque no sabían a dónde podían enviar las donaciones ni cómo, puesto que no disponían de transporte para llevarlas al interior del país.

El pasado 23 de noviembre viajamos a Corrientes para entregar personalmente las donaciones a la directora de la Escuela, Estela Tasso. Además llevamos una computadora, juguetes y libros para los chicos.

Como la escuela está anegada de agua y los caminos se encuentran en un estado intransitable, dejamos las donaciones en casa de una familia de productores rurales cuyos hijos asisten a la escuela.

Mientras el río Uruguay continúa desbordado, la lluvia cae incesantemente desde hace semanas y las tristezas crecen al ritmo del agua, la comunidad de Paraje 2 Vías agradeció calurosamente la llegada de ropa seca y limpia, que les devuelve las esperanzas y les alegra un poquito el corazón.