Asediadas por la precariedad, el aislamiento y la pobreza estructural, casi mil escuelas rurales argentinas adolecen de sistemas de alfabetización digital, y apenas la mitad de ellas cuenta con computadoras, que en el 30 por ciento de los casos es la única de la institución.
Los datos se desprenden de una Encuesta sobre Educación y Desarrollo Rural que realizó por todo el territorio argentino la Red de Comunidades Rurales entre el 2008 y el 2009.
La investigación estuvo dirigida a directivos y docentes con el fin de recabar información sobre la situación educativa y social que se vive en los parajes, comunidades y pequeños pueblos rurales.
“Debido a la falta de recursos económicos y humanos, hay un acceso muy limitado a las nuevas tecnologías por la falta de computadoras, de materiales educativos y de cursos de alfabetización digital”, sostiene Maud Zemborain, responsable del área de Investigación y Servicios Informativos de la Red de Comunidades Rurales.
Además, hay pocos docentes especializados: el 61 por ciento de los maestros de informática no reciben capacitación, cuestiona.
Virtualmente incomunicados
Otro importante obstáculo para el desarrollo de las comunidades rurales es su aislamiento; en primer lugar, vinculado por la falta de medios de comunicación.
Es que muchos establecimientos se encuentran virtualmente incomunicados, según los resultados de la encuesta: en la región norte del país (NOA y NEA) se presentaron las mayores carencias.
En promedio, el 19 por ciento de las escuelas relevadas no tiene ningún medio de comunicación, sólo el 3 por ciento cuenta con teléfono de línea y un 4 por ciento tiene conexión a Internet.
Como contrapunto, el medio más extendido de comunicación parece ser el celular, dado que más de la mitad (57 por ciento) de las escuelas relevadas tenían móviles.
En el resto de las regiones existe mayor acceso a teléfono de línea y conexión a Internet, especialmente en Patagonia (59 y 39 por ciento, respectivamente).
Signo alarmante
Un signo alarmante del agravamiento de la pobreza -dice Maud- es la importancia del comedor escolar: el 71 por ciento de las escuelas cuenta con uno.
En el norte del país, que mantiene los índices de pobreza más altos de la Argentina, esta cifra llega a casi la totalidad (95 por ciento), mientras que en la región de Cuyo y en la región Pampeana sólo la mitad de los establecimientos cuenta con estas instalaciones.
La encuesta indagó también sobre la percepción de los actores educativos sobre el grado de abandono que generaría la ausencia de comedor en las escuelas, y los resultados fueron contundentes.
La mitad de los referentes consideró que habría mucho abandono, mientras que menos de un tercio cree que esto tendría poca o ninguna incidencia.
Como era esperable -evaluó la mujer- la percepción de que la existencia de un comedor condicionaría la asistencia de los alumnos fue muy elevada en las regiones del norte y en Cuyo, justamente donde se concentra el mayor número de niños pobres y de los comedores escolares.
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