Autor: lt10digital.com.ar | Fuente: lanacion.com
Mario Bunge
Para el filósofo y epistemólogo Mario Bunge, que hoy cumple 92 años, antes de enseñar a los niños a usar las computadoras hay que enseñarles a usar las manos y a convivir con otros.
Invitado por la diputada porteña de la Coalición Cívica Diana Maffía, el polémico intelectual autor de un Tratado de filosofía en ocho volúmenes, disertó ayer en la Legislatura y respondió a preguntas del público.
"Hay que introducir a los niños en manualidades y actividades prácticas, no tanto repartir computadoras porque igual los chicos aprenden eso fuera de la escuela. Es preciso que todo chico sepa cultivar un jardín, que aprenda a cocinar, a lavarse la ropa y naturalmente a convivir", dijo al responder a un interrogante sobre cómo hacer más eficiente la educación.
Bunge, que dedicó su vida a la docencia y al desarrollo y promoción de la investigación científica y filosófica, fundamentó su afirmación en la generalizada "creencia de que basta dar una computadora a un chico para que sea una persona civilizada. Y no es así, eso no basta y ni siquiera es necesario". Continuó: "No se puede mejorar la educación si no se procura llenar la barriga de los estudiantes, mejorar su estado de salud y si no se enseña a enseñar; si no se forma mejor a los maestros. Cuando a los maestros se les obliga a leer a autores posmodernos se les deforma el cerebro y son incapaces de formar cerebros infantiles".
Y explicó: "El problema de la educación es sistémico y por eso requiere una solución sistémica. Hay que reformar la política, la economía y la educación al mismo tiempo".
Para Bunge "sin ninguna duda" habría que reducir la jornada laboral de los maestros. "Es necesario que las maestras puedan seguir estudiando y ponerse al día", dijo, y comentó que hay investigaciones que prueban que "el trabajo de una maestra es mucho más estresante que el del piloto de una aerolínea".
Abogó para que los maestros estén en buen estado de salud. "No queremos maestros agotados, fatigados, sin ganas y deseando jubilarse lo antes posible", dijo.
El vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Oscar Moscariello (Pro), quien junto con la diputada Maffía presentó a Bunge, destacó que el trabajo del intelectual argentino que reside desde hace décadas en Canadá, no puede ser reducido a la física y la filosofía.
"Bunge es un pensador integral, un humanista siempre dispuesto a combatir a sus contrincantes desde el pensamiento y la palabra y a defender su visión con una elegancia y uso de la ironía que regocija a quien lo sigue y admira", manifestó Moscariello.
Maffía, por su parte, anunció que la Legislatura de la ciudad aprobó un proyecto de su autoría para colocar una placa recordatoria de la Universidad Obrera Argentina, fundada por Bunge a principios del siglo pasado, en una de las sedes en las que funcionó, en Adolfo Alsina al 2700.
Durante la disertación, denominada "Estados de Derecho justos e injustos", Bunge también afirmó que "en política no hay sistemas legales puros" y que "un Estado puede tener legitimidad jurídica y carecer de legalidad política". Y advirtió: "Cualquier forma de conducta humana puede legalizarse por lo que no basta la ley jurídica, ni siquiera la legitimidad política sino que también es necesaria la legitimidad moral"..
"El lazo más fuerte que tenemos con la vida se expresa en la sonrisa de un niño". Janusz Korczak (Varsovia 1878 Treblinka 1942)
jueves, 29 de septiembre de 2011
miércoles, 28 de septiembre de 2011
lunes, 26 de septiembre de 2011
El capital cultural de los jóvenes
Por Roxana Morduchowicz (*) Para LA NACION
Casi la mitad de los adolescentes argentinos no fueron al cine en el último año. Nueve de cada diez no fue al teatro y sólo un 30% compró un CD de música en los pasados doce meses. Efectivamente, el vínculo de los más jóvenes con los bienes culturales es reducido. Y los motivos, en la mayoría de los casos, son económicos. Si los adolescentes no van al cine o al teatro, empobrecen su formación. El capital cultural es fundamental para acceder a mejores oportunidades educacionales y profesionales.
En un intento de reducir las brechas culturales, durante septiembre, el mes del estudiante, los alumnos de 4°, 5° y 6° año en todo el país -de escuelas públicas y privadas- pueden ir a mitad de precio al cine y al teatro, y comprar 2 CD y DVD en las disquerías pagando por uno solo.
La iniciativa, que impulsa el Programa Escuela y Medios del Ministerio de Educación de la Nación, cuenta con el apoyo de las asociaciones de cine, de teatro y de sellos discográficos de la Argentina.
Esta es la primera vez que un beneficio de este tipo tiene origen en la escuela. Las "promos" 2 x 1 para ir al cine y al teatro ya existen. Pero es la primera vez que, para aprovecharla, lo único que necesitan los adolescentes es estudiar, ir al colegio, estar terminando el secundario. La iniciativa permite revalorizar el papel de la escuela; en esta oportunidad, porque les facilita el acceso a bienes culturales. De hecho, la campaña tiene por lema final: "Otro motivo más para estar en el cole".
Esta propuesta tiene, además, otras dimensiones que la jerarquizan. Es, sin duda, un claro ejemplo de la valiosa asociación entre el sector público y el privado. Mientras que la idea partió del Ministerio de Educación de la Nación, que es el organismo que además desarrolla el trabajo en las escuelas, cada cine, cada teatro y cada tienda de discos absorbe la mitad del precio que el estudiante no paga. El joven de hoy es el espectador de mañana y, como sucede con todos los hábitos culturales, cuanto antes comiencen en la vida de los chicos, más posibilidades de perdurar tendrán en el futuro, cuando sean adultos.
Finalmente, la iniciativa nos dará -a toda la sociedad- un nuevo cuadro de situación: no sólo sabremos cuántos más adolescentes tomaron contacto directo con la cultura, sino que podremos analizar qué tipo de cine prefieren, cuántos eligen películas nacionales, qué obras de teatro les atraen más y qué CD o DVD compran.
Cuando empiecen a trabajar, los chicos deberán manejar diferentes habilidades: comprender una consigna, tomar decisiones frente a situaciones nuevas, comunicar ideas, argumentar opiniones, debatir y saber llegar a consensos. Estas capacidades requieren un capital cultural sólido, que incluye ver cine en el cine, ir al teatro y disfrutar una obra y escuchar música de un CD original.
© La Nacion
(*) La autora dirige el programa Escuela y Medios en el Ministerio de Educación de la Nación .
Casi la mitad de los adolescentes argentinos no fueron al cine en el último año. Nueve de cada diez no fue al teatro y sólo un 30% compró un CD de música en los pasados doce meses. Efectivamente, el vínculo de los más jóvenes con los bienes culturales es reducido. Y los motivos, en la mayoría de los casos, son económicos. Si los adolescentes no van al cine o al teatro, empobrecen su formación. El capital cultural es fundamental para acceder a mejores oportunidades educacionales y profesionales.
En un intento de reducir las brechas culturales, durante septiembre, el mes del estudiante, los alumnos de 4°, 5° y 6° año en todo el país -de escuelas públicas y privadas- pueden ir a mitad de precio al cine y al teatro, y comprar 2 CD y DVD en las disquerías pagando por uno solo.
La iniciativa, que impulsa el Programa Escuela y Medios del Ministerio de Educación de la Nación, cuenta con el apoyo de las asociaciones de cine, de teatro y de sellos discográficos de la Argentina.
Esta es la primera vez que un beneficio de este tipo tiene origen en la escuela. Las "promos" 2 x 1 para ir al cine y al teatro ya existen. Pero es la primera vez que, para aprovecharla, lo único que necesitan los adolescentes es estudiar, ir al colegio, estar terminando el secundario. La iniciativa permite revalorizar el papel de la escuela; en esta oportunidad, porque les facilita el acceso a bienes culturales. De hecho, la campaña tiene por lema final: "Otro motivo más para estar en el cole".
Esta propuesta tiene, además, otras dimensiones que la jerarquizan. Es, sin duda, un claro ejemplo de la valiosa asociación entre el sector público y el privado. Mientras que la idea partió del Ministerio de Educación de la Nación, que es el organismo que además desarrolla el trabajo en las escuelas, cada cine, cada teatro y cada tienda de discos absorbe la mitad del precio que el estudiante no paga. El joven de hoy es el espectador de mañana y, como sucede con todos los hábitos culturales, cuanto antes comiencen en la vida de los chicos, más posibilidades de perdurar tendrán en el futuro, cuando sean adultos.
Finalmente, la iniciativa nos dará -a toda la sociedad- un nuevo cuadro de situación: no sólo sabremos cuántos más adolescentes tomaron contacto directo con la cultura, sino que podremos analizar qué tipo de cine prefieren, cuántos eligen películas nacionales, qué obras de teatro les atraen más y qué CD o DVD compran.
Cuando empiecen a trabajar, los chicos deberán manejar diferentes habilidades: comprender una consigna, tomar decisiones frente a situaciones nuevas, comunicar ideas, argumentar opiniones, debatir y saber llegar a consensos. Estas capacidades requieren un capital cultural sólido, que incluye ver cine en el cine, ir al teatro y disfrutar una obra y escuchar música de un CD original.
© La Nacion
(*) La autora dirige el programa Escuela y Medios en el Ministerio de Educación de la Nación .
viernes, 23 de septiembre de 2011
¡Gracias, gente solidaria!
El pasado Día del Niño, el Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural (PACER) de UATRE y de OSPRERA pudo llevar diversión, alegría y regalitos a ocho escuelas rurales ubicadas en cinco parajes argentinos.
En algunos casos fui personalmente, y en otros envié los elementos para que el festejo fuera posible. En todos los casos, los protagonistas fueron los chicos y todas aquellas personas que con su aporte hicieron posible este logro.
Así, hago público mi agradecimiento a todos los donantes, a la Fundación La Nación, que siempre nos acompaña a través de la publicación de sus Clasificados Solidarios, y a la Red Solidaria. Fueron ellos quienes promovieron la Campaña por el Día del Niño en Escuelas Rurales, y quienes acercaron juguetes, bicicletas, útiles escolares, golosinas y alimentos.
En los campos argentinos esperan muchos de los 2,6 millones de chicos pobres de nuestro país, según datos del INDEC (segundo semestre de 2006). Sufren carencias: vivienda digna, alimento, educación, vestimenta y otros elementos que forman parte de su derecho, como niños, a vivir una infancia feliz.
Las escuelas en las que estuvimos fueron:
Córdoba
• Escuela Nº 19 "Dr. Ramón B. Mestre", Barrio Renacimiento, Córdoba
Corrientes
• Escuela Rural de Frontera "Alejo Camilo López", Garruchos, Corrientes
Jujuy
• Escuela Nº 283 "José Humberto Martiarena, Paraje Rural El Ceibal, Departamento San Antonio
• Escuela Nº 284 "Armada Nacional", Paraje Rural Río Blanco,Departamento San Antonio
• Escuela Nº 54 "Profesor Filiberto Carrizo", Paraje Rural San Vicente, Departamento El Carmen
Y además enviamos encomiendas para que pudieran organizar el festejo a:
Mendoza
• Escuela Nº 1-241 "Suipacha", Villa Atuel
La Rioja:
• Escuela Nº 160 "Felipe Leandro Dávila", El Zapallar, Departamento Coronel Felipe Varela
• Escuela "Dr. Eduardo Pérez Bulnes", Pozo de la Vaca, Departamento Chamical
La colaboración de todos nos permitió que, al menos por un día, cientos de chicos disfrutaran de su niñez. Gracias por ayudarnos a dibujar sonrisas en los rostros de los niños rurales
En algunos casos fui personalmente, y en otros envié los elementos para que el festejo fuera posible. En todos los casos, los protagonistas fueron los chicos y todas aquellas personas que con su aporte hicieron posible este logro.
Así, hago público mi agradecimiento a todos los donantes, a la Fundación La Nación, que siempre nos acompaña a través de la publicación de sus Clasificados Solidarios, y a la Red Solidaria. Fueron ellos quienes promovieron la Campaña por el Día del Niño en Escuelas Rurales, y quienes acercaron juguetes, bicicletas, útiles escolares, golosinas y alimentos.
En los campos argentinos esperan muchos de los 2,6 millones de chicos pobres de nuestro país, según datos del INDEC (segundo semestre de 2006). Sufren carencias: vivienda digna, alimento, educación, vestimenta y otros elementos que forman parte de su derecho, como niños, a vivir una infancia feliz.
Las escuelas en las que estuvimos fueron:
Córdoba
• Escuela Nº 19 "Dr. Ramón B. Mestre", Barrio Renacimiento, Córdoba
Corrientes
• Escuela Rural de Frontera "Alejo Camilo López", Garruchos, Corrientes
Jujuy
• Escuela Nº 283 "José Humberto Martiarena, Paraje Rural El Ceibal, Departamento San Antonio
• Escuela Nº 284 "Armada Nacional", Paraje Rural Río Blanco,Departamento San Antonio
• Escuela Nº 54 "Profesor Filiberto Carrizo", Paraje Rural San Vicente, Departamento El Carmen
Y además enviamos encomiendas para que pudieran organizar el festejo a:
Mendoza
• Escuela Nº 1-241 "Suipacha", Villa Atuel
La Rioja:
• Escuela Nº 160 "Felipe Leandro Dávila", El Zapallar, Departamento Coronel Felipe Varela
• Escuela "Dr. Eduardo Pérez Bulnes", Pozo de la Vaca, Departamento Chamical
La colaboración de todos nos permitió que, al menos por un día, cientos de chicos disfrutaran de su niñez. Gracias por ayudarnos a dibujar sonrisas en los rostros de los niños rurales
Primera Feria de Ciencias de escuelas rurales en Concepción del Uruguay
Hace un par de semanas se realizó la Primera Feria de Ciencias de Escuelas Rurales en el Departamento de Concepción del Uruguay, Entre Ríos.
Participaron ocho establecimientos educativos, incluyendo la Escuela Nro. 27 “Pablo Lorentz”, de Estancia La Selmira de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, cuya directora, Liliana Bournissen, comentó que “pasamos un día muy lindo compartiendo experiencias y juegos. Participamos con el tema ‘Con abrigo venzo al frío’, que surgió antes de las vacaciones de julio, en esos días de intensas heladas que nos hicieron sufrir tanto este año, ya que el frío y el viento se colaban por las ventanas”.
Con la consigna de abrigarse para el invierno, comenzaron a buscar latas vacías (de arvejas, duraznos, leche u otras) y fabricaron telares. Una mamá donó un pullover de lana hilada que no le servía y lo desarmaron; los chicos de 1º ciclo tiñeron esa lana con tintes naturales (acelga, cebolla, yerba, remolacha); los de jardín tejieron con telares de cartón y los alumnos de 2º ciclo tejieron bufandas, mitones, gorras y polainas.
Así, los chicos, docentes y madres pasaron un día de alegría y descubrimiento, demostrando que con ingenio se pueden sobrellevar mejor situaciones adversas pese a la escasez de recursos.
martes, 20 de septiembre de 2011
Día Internacional de la Alfabetización.
DIALOGO CON EL SOCIÓLOGO FRANCISCO JOSÉ PIÑON
La alfabetización de la ciencia
Hoy comenzó en Córdoba el I Congreso Internacional de Comunicación Pública de la Ciencia (Copuci), organizado por la Universidad Nacional de Córdoba y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de esa provincia. Francisco Piñón dará la conferencia de cierre.
Por Jorge Nazca
Entre los años 1999 y 2006, Francisco Piñón fue secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con sede en Madrid, ahora dirige la Cátedra "Pablo Latapí" para la Alfabetización y Educación Básica de Jóvenes de la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional San Martín (Unsam), y el próximo viernes cerrará el primer Congreso Internacional de Comunicación Pública de la Ciencia (Copuci), organizado en Córdoba por la Universidad Nacional de esa provincia y el Ministerio de Ciencia y Tecnología cordobés.
-Hablemos del combate al analfabetismo.
-El analfabetismo es una deuda del siglo XIX que nuestra sociedad no puede seguir teniendo pendiente de pago. Es la máxima expresión de la vulnerabilidad educativa. No poder descifrar la cultura escrita es realmente vivir en los márgenes, estar siempre afuera. Es un tema decisivo en la vida de toda persona y es una deuda histórica que América latina tiene, y en la Argentina, aunque sean pocos, cada uno de los que tienen esta necesidad son para nosotros la expresión de una injusticia que debemos salvar y resolver. Iberoamérica tiene una meta: en el año 2020 no debe haber ni un joven o adulto analfabeto.
-Es una meta ambiciosa...
-Sí, esto por cierto requiere una gran movilización social que apoye, se interese, y políticas que sostengan esa decisión técnica y económica a lo largo del tiempo. Nuestro aporte concreto es desde la Cátedra "Pablo Latapí" para la Alfabetización y Educación de Adultos y Jóvenes de la Unsam, para sumar a la construcción de una cultura académica e investigativa sobre la temática en la región, articulando los aportes de investigadores, gestores políticos y formadores. Tomamos el legado del pedagogo Pablo Latapí y creemos que debe continuar expandiéndose la educación en la primera infancia. Asimismo, tenemos que desarrollar una fuerte tarea de cooperación en la educación superior. Necesitamos consolidar universidades fuertes si queremos que el desarrollo humano sea completo. Educación más desarrollo es la suma que más importa, que la educación no fragmente la sociedad, sino que la una. Sólo una sociedad es posible cuando es de todos. Las otras son inestables. La educación allí cumple un rol no suficiente, pero imprescindible. En esta concepción, la alfabetización de adultos es un verdadero acto de justicia. Significa que esas personas vuelven a tener una oportunidad de vida, se les expande el futuro. Piense que hay nuevos modos de exclusión, por ejemplo la tecnológica; por eso, alfabetizar también es alfabetización digital.
-Recientemente se celebró el Día Internacional de la Alfabetización. ¿Cuántas personas analfabetas hay en la Argentina?
-Según la información del Censo Nacional 2010, se ha logrado reducirla del 2,6 por ciento que había en el año 2001 al 1,9 por ciento de la población. Las provincias del Nordeste -que aún tienen los índices más elevados del país- son las que más han mejorado; por ejemplo, Chaco redujo su índice del 8 por ciento al 5,5; Formosa, del 6 por ciento al 4,1. Lo positivo es que ya se ha universalizado la educación temprana, pero mientras haya un analfabeto tenemos que redoblar todos los esfuerzos, con un fuerte ingreso de adultos en la educación primaria. La Argentina es de los países mejor posicionados junto a Uruguay y Chile.
-¿Y a nivel mundial?
-Casi 780 millones de adultos carecen de capacidades mínimas de lectura, escritura y cálculo. Las mujeres ocupan dos tercios de ese total. En Latinoamérica trepa al 10 por ciento de la población, los países con situaciones más comprometidas son Haití, Guatemala, Nicaragua y El Salvador. Luego los casos de Brasil y México son particulares, porque acumulan un déficit mayor al del resto del continente en su población de entre 15 y 39 años en términos absolutos.
-La OEI es un verdadero transatlántico de la cooperación multilateral que ha apoyado más al área Educación que a la Ciencia y la Cultura...
-Ciertamente, era un 90 por ciento a Educación y sólo un 10 para el resto, pero uno de los logros de nuestra gestión fue tanto haber ampliado fuertemente el financiamiento como haber logrado cambiar esa proporción a favor de la ciencia. Hoy, el espacio iberoamericano es un espacio posible, con un fuerte denominador común cultural y mucha diversidad, que trabaja en compartir una misma carta de navegación con todos los países miembros para consolidar los derechos humanos, fomentar el desarrollo de las culturas originarias, respetar su dignidad, combatir el analfabetismo, el racismo y la xenofobia.
-El próximo viernes, usted dará en Córdoba la conferencia de cierre del primer Congreso de Comunicación Pública de la Ciencia. ¿Piensa que los debates científicos pueden o deben de alguna manera democratizarse?
-En esta sociedad del conocimiento, cruzada por inequidades, en la que estamos, aparece una nueva fuerza impulsora de los procesos de transferencia de conocimiento, y es la necesidad de que los ciudadanos puedan participar democráticamente en los procesos de decisión sobre regularización de las aplicaciones de las nuevas tecnologías en la sociedad y enfrentar sus riesgos asociados. Por ejemplo, dice la FAO que las doce variedades agrícolas de mayor consumo en el mundo ocupan el 70 por ciento de la superficie cultivable del planeta. Sin dudas, la rentabilidad económica es el motor de este monopolio de cultivos. Por su parte, la comunidad científica nos advierte de los riesgos que ello implica. No sólo porque hemos pasado de tener siete mil variedades de cultivo a sólo 150, con la consiguiente pérdida de biodiversidad que ello significa, sino por el grave peligro que existe si algunas de esas doce variedades de mayor consumo se vieran afectadas por plagas, cambios en los regímenes de lluvias o en la composición del suelo. Históricamente, la humanidad ha pasado por esas situaciones y siempre ha tenido una variedad de alternativas con las que hacer frente a estos desastres. Pero el ritmo de pérdida en la biodiversidad nos obliga a plantearnos sobre la posibilidad de que no siempre tengamos recambios. Entonces podríamos citar múltiples ejemplos sobre los riesgos asociados a innovaciones tecnológicas. Lo que creo es que la sociedad del riesgo es la otra cara de la sociedad del conocimiento, y así más claro nos aparece que la transferencia de conocimiento -la comunicación de la ciencia- hacia la sociedad es un camino para democratizar el conocimiento, promover la participación de la sociedad en la toma de decisiones que pueden poner en peligro las posibilidades de la vida en la Tierra y evitar en consecuencia que dichas decisiones se adopten a partir de intereses económicos de grandes corporaciones.
La alfabetización de la ciencia
Hoy comenzó en Córdoba el I Congreso Internacional de Comunicación Pública de la Ciencia (Copuci), organizado por la Universidad Nacional de Córdoba y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de esa provincia. Francisco Piñón dará la conferencia de cierre.
Por Jorge Nazca
Entre los años 1999 y 2006, Francisco Piñón fue secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con sede en Madrid, ahora dirige la Cátedra "Pablo Latapí" para la Alfabetización y Educación Básica de Jóvenes de la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional San Martín (Unsam), y el próximo viernes cerrará el primer Congreso Internacional de Comunicación Pública de la Ciencia (Copuci), organizado en Córdoba por la Universidad Nacional de esa provincia y el Ministerio de Ciencia y Tecnología cordobés.
-Hablemos del combate al analfabetismo.
-El analfabetismo es una deuda del siglo XIX que nuestra sociedad no puede seguir teniendo pendiente de pago. Es la máxima expresión de la vulnerabilidad educativa. No poder descifrar la cultura escrita es realmente vivir en los márgenes, estar siempre afuera. Es un tema decisivo en la vida de toda persona y es una deuda histórica que América latina tiene, y en la Argentina, aunque sean pocos, cada uno de los que tienen esta necesidad son para nosotros la expresión de una injusticia que debemos salvar y resolver. Iberoamérica tiene una meta: en el año 2020 no debe haber ni un joven o adulto analfabeto.
-Es una meta ambiciosa...
-Sí, esto por cierto requiere una gran movilización social que apoye, se interese, y políticas que sostengan esa decisión técnica y económica a lo largo del tiempo. Nuestro aporte concreto es desde la Cátedra "Pablo Latapí" para la Alfabetización y Educación de Adultos y Jóvenes de la Unsam, para sumar a la construcción de una cultura académica e investigativa sobre la temática en la región, articulando los aportes de investigadores, gestores políticos y formadores. Tomamos el legado del pedagogo Pablo Latapí y creemos que debe continuar expandiéndose la educación en la primera infancia. Asimismo, tenemos que desarrollar una fuerte tarea de cooperación en la educación superior. Necesitamos consolidar universidades fuertes si queremos que el desarrollo humano sea completo. Educación más desarrollo es la suma que más importa, que la educación no fragmente la sociedad, sino que la una. Sólo una sociedad es posible cuando es de todos. Las otras son inestables. La educación allí cumple un rol no suficiente, pero imprescindible. En esta concepción, la alfabetización de adultos es un verdadero acto de justicia. Significa que esas personas vuelven a tener una oportunidad de vida, se les expande el futuro. Piense que hay nuevos modos de exclusión, por ejemplo la tecnológica; por eso, alfabetizar también es alfabetización digital.
-Recientemente se celebró el Día Internacional de la Alfabetización. ¿Cuántas personas analfabetas hay en la Argentina?
-Según la información del Censo Nacional 2010, se ha logrado reducirla del 2,6 por ciento que había en el año 2001 al 1,9 por ciento de la población. Las provincias del Nordeste -que aún tienen los índices más elevados del país- son las que más han mejorado; por ejemplo, Chaco redujo su índice del 8 por ciento al 5,5; Formosa, del 6 por ciento al 4,1. Lo positivo es que ya se ha universalizado la educación temprana, pero mientras haya un analfabeto tenemos que redoblar todos los esfuerzos, con un fuerte ingreso de adultos en la educación primaria. La Argentina es de los países mejor posicionados junto a Uruguay y Chile.
-¿Y a nivel mundial?
-Casi 780 millones de adultos carecen de capacidades mínimas de lectura, escritura y cálculo. Las mujeres ocupan dos tercios de ese total. En Latinoamérica trepa al 10 por ciento de la población, los países con situaciones más comprometidas son Haití, Guatemala, Nicaragua y El Salvador. Luego los casos de Brasil y México son particulares, porque acumulan un déficit mayor al del resto del continente en su población de entre 15 y 39 años en términos absolutos.
-La OEI es un verdadero transatlántico de la cooperación multilateral que ha apoyado más al área Educación que a la Ciencia y la Cultura...
-Ciertamente, era un 90 por ciento a Educación y sólo un 10 para el resto, pero uno de los logros de nuestra gestión fue tanto haber ampliado fuertemente el financiamiento como haber logrado cambiar esa proporción a favor de la ciencia. Hoy, el espacio iberoamericano es un espacio posible, con un fuerte denominador común cultural y mucha diversidad, que trabaja en compartir una misma carta de navegación con todos los países miembros para consolidar los derechos humanos, fomentar el desarrollo de las culturas originarias, respetar su dignidad, combatir el analfabetismo, el racismo y la xenofobia.
-El próximo viernes, usted dará en Córdoba la conferencia de cierre del primer Congreso de Comunicación Pública de la Ciencia. ¿Piensa que los debates científicos pueden o deben de alguna manera democratizarse?
-En esta sociedad del conocimiento, cruzada por inequidades, en la que estamos, aparece una nueva fuerza impulsora de los procesos de transferencia de conocimiento, y es la necesidad de que los ciudadanos puedan participar democráticamente en los procesos de decisión sobre regularización de las aplicaciones de las nuevas tecnologías en la sociedad y enfrentar sus riesgos asociados. Por ejemplo, dice la FAO que las doce variedades agrícolas de mayor consumo en el mundo ocupan el 70 por ciento de la superficie cultivable del planeta. Sin dudas, la rentabilidad económica es el motor de este monopolio de cultivos. Por su parte, la comunidad científica nos advierte de los riesgos que ello implica. No sólo porque hemos pasado de tener siete mil variedades de cultivo a sólo 150, con la consiguiente pérdida de biodiversidad que ello significa, sino por el grave peligro que existe si algunas de esas doce variedades de mayor consumo se vieran afectadas por plagas, cambios en los regímenes de lluvias o en la composición del suelo. Históricamente, la humanidad ha pasado por esas situaciones y siempre ha tenido una variedad de alternativas con las que hacer frente a estos desastres. Pero el ritmo de pérdida en la biodiversidad nos obliga a plantearnos sobre la posibilidad de que no siempre tengamos recambios. Entonces podríamos citar múltiples ejemplos sobre los riesgos asociados a innovaciones tecnológicas. Lo que creo es que la sociedad del riesgo es la otra cara de la sociedad del conocimiento, y así más claro nos aparece que la transferencia de conocimiento -la comunicación de la ciencia- hacia la sociedad es un camino para democratizar el conocimiento, promover la participación de la sociedad en la toma de decisiones que pueden poner en peligro las posibilidades de la vida en la Tierra y evitar en consecuencia que dichas decisiones se adopten a partir de intereses económicos de grandes corporaciones.
lunes, 12 de septiembre de 2011
Especiales educ.ar: Día del Maestro
Para que, les decía ella, no los engañaran cuando les llegara la hora de cobrar un sueldo (2000)
Andrés Rivera*
Esperó ese nombramiento, meses y años. Movió recomendaciones, memorizó las palabras necesarias, vadeó puertas con paciencia y discreción. Por meses y años, también tuvo náuseas.
Dio clases particulares a chicos que jamás distinguirían la g de la j, la s de la z; a chicos que se aburrían en la escuela, a algún mocoso consentido que quería explorarle los interiores de la bombacha con el mismo aire codicioso y chambón que empleaba para manosear a la muchacha-todo-servicio.
Preparó, apresuradamente, una valija, y viajó horas y horas rumbo al destino que le asignaron. El paisaje cambió. El ómnibus se llenó de cáscaras de frutas, de olores rancios, y de mujeres bajas y de anchas caderas, ojos achinados y palabras escasas.
Subió un cerro pedregoso, cubierto de matas salvajes y chatas. La escuela, en la cima del cerro, tenía techo de ladrillo y zinc. Tenía dos habitaciones con una cama cada una, una pequeña cocina, y tenía una sala con bancos y pupitres, y un pizarrón donde ella escribiría, probablemente, letras desarticuladas. No faltaba el retrato, en lo alto de la pared, del padre del aula inmortal.
Respiró aire puro.
Los chicos aprendían a unir consonantes y vocales y armaban una palabra. Y después, unidas consonantes y vocales, nombraban el paisaje, los árboles que les eran familiares, las chivas y los perros. Sumaban un número y otro número hasta sortear el error, para que, les decía ella, no los engañaran cuando les llegara la hora de cobrar un sueldo.
Ella aprendió, a su vez, que los chicos crecían entre piedras, llanura, vientos y resignación, y que olvidarían los precarios trazos que escribieron en la pizarra y en el papel.
Ella les calentaba algo de locro, algo de fideos, algo de leche en un hornillo a gas. Ella los miraba comer, voraces y silenciosos.
Ella los despedía con un beso en la mejilla, y los chicos se encogían, tensos, como si los fueran a castigar.
Ella los miraba bajar el cerro, camino a sus casas, en el crepúsculo de cada día.
Ella conoció la fatalidad de algunos desamparos.
Fragmento de "Lento", en Cuentos escogidos, Buenos Aires, Alfaguara, 2000, citado en Relatos de escuela, de Pablo Pineau (compilador), Buenos Aires, Paidós, 2005.
*Andrés Rivera (1928) . Seudónimo literario de Marcos Rivak. Escritor de cuentos y novelas breves, de estilo lacónico y potente. Ha sido Premio Nacional de Literatura.
Andrés Rivera*
Esperó ese nombramiento, meses y años. Movió recomendaciones, memorizó las palabras necesarias, vadeó puertas con paciencia y discreción. Por meses y años, también tuvo náuseas.
Dio clases particulares a chicos que jamás distinguirían la g de la j, la s de la z; a chicos que se aburrían en la escuela, a algún mocoso consentido que quería explorarle los interiores de la bombacha con el mismo aire codicioso y chambón que empleaba para manosear a la muchacha-todo-servicio.
Preparó, apresuradamente, una valija, y viajó horas y horas rumbo al destino que le asignaron. El paisaje cambió. El ómnibus se llenó de cáscaras de frutas, de olores rancios, y de mujeres bajas y de anchas caderas, ojos achinados y palabras escasas.
Subió un cerro pedregoso, cubierto de matas salvajes y chatas. La escuela, en la cima del cerro, tenía techo de ladrillo y zinc. Tenía dos habitaciones con una cama cada una, una pequeña cocina, y tenía una sala con bancos y pupitres, y un pizarrón donde ella escribiría, probablemente, letras desarticuladas. No faltaba el retrato, en lo alto de la pared, del padre del aula inmortal.
Respiró aire puro.
Los chicos aprendían a unir consonantes y vocales y armaban una palabra. Y después, unidas consonantes y vocales, nombraban el paisaje, los árboles que les eran familiares, las chivas y los perros. Sumaban un número y otro número hasta sortear el error, para que, les decía ella, no los engañaran cuando les llegara la hora de cobrar un sueldo.
Ella aprendió, a su vez, que los chicos crecían entre piedras, llanura, vientos y resignación, y que olvidarían los precarios trazos que escribieron en la pizarra y en el papel.
Ella les calentaba algo de locro, algo de fideos, algo de leche en un hornillo a gas. Ella los miraba comer, voraces y silenciosos.
Ella los despedía con un beso en la mejilla, y los chicos se encogían, tensos, como si los fueran a castigar.
Ella los miraba bajar el cerro, camino a sus casas, en el crepúsculo de cada día.
Ella conoció la fatalidad de algunos desamparos.
Fragmento de "Lento", en Cuentos escogidos, Buenos Aires, Alfaguara, 2000, citado en Relatos de escuela, de Pablo Pineau (compilador), Buenos Aires, Paidós, 2005.
*Andrés Rivera (1928) . Seudónimo literario de Marcos Rivak. Escritor de cuentos y novelas breves, de estilo lacónico y potente. Ha sido Premio Nacional de Literatura.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
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