jueves, 28 de febrero de 2008

Escuelas de Corrientes recibieron donaciones del Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural de Osprera









El 24 de febrero pasado, el Secretario de Acción Social de Osprera, Cro. Rubén Benitez y la Dra. Bibiana Mónica Ruibal, Coordinadora del Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural de Osprera visitaron las Escuelas Nº 798 "Jerónimo F. Rezzoagli" de Paraje Ayuí, la Escuela 69 de Estancia "Don Cayetano" y la Escuela Nº 210 "Sargento Cabral" de Paraje Estación Cabred todas de Paso de Los Libres, Corrientes.

A las escuelas se les hizo entrega de útiles escolares donados por FUNDATRE, libros, enciclopedias, mapas, ropa, juguetes, computadora,impresora y zapatillas nuevas.

Estuvieron presentes las Directoras de la Escuela Nº 210 Sra. Patricia del Carmen Forastello, la Sra. Gabriela J. Villalba de la Escuela Nº 798, miembros de la Comisión Cooperadora, padres, alumnos, integrantes de la Red de Mujeres de la Uatre y el Secretario General de la Seccional 249 de Uatre de Paso de Los Libres, Cro. Jaime Toledo.

Todos los presentes agradecieron profundamente a todos los colaboradores y colaboradoras, a la FUNDATRE, al compañero Gerónimo Venegas y al “Programa de Ayuda a Comunidad Escolar Rural” de Osprera por visitar las escuelas rurales llevando donaciones que resultan tan necesarias para educar a los niños y niñas rurales.

viernes, 15 de febrero de 2008

Carta de un Director de escuela

Campo Mendoza, 6 de Febrero de 2008.


A la Dra. Bibiana Mónica Ruibal
Coordinadora del Programa de Ayuda
a la Comunidad Escolar Rural de Osprera
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De mi mayor consideración:

Por intermedio de la presente, hago propicia la oportunidad para agradecer en nombre de todo el cuerpo docente, miembros de la Asociación Cooperadora, alumnos y padres de la Escuela Fiscal Nº 935 “Avelino Mendoza” de la Localidad de “Los Laureles”, Departamento General Obligado, Santa Fe y en mío propio, por vuestro valioso gesto de solidaridad hacia esta institución educativa recibido durante el año 2007 y principio de 2008.

Actos como los que usted realiza conjuntamente con los donantes particulares y todas las autoridades de Uatre de Osprera y Fundatre, pone en igualdad de condiciones a las relegadas escuelas rurales con las de las importantes ciudades.

Ruego a usted haga llegar mi sincero agradecimiento a quienes desinteresadamente han donado los valiosos materiales recibidos por la escuela consistentes en: útiles escolares, libros, utensilios de cocina, centro musical, computadora completa, video casetera y ropa. Para usted Dra. Bibiana vaya un especial agradecimiento por dedicar su tiempo y preocupación al quehacer educativo.

Muy atentamente



Juan Tedesca
Director
Escuela Nº 935

miércoles, 13 de febrero de 2008

El programa de ayuda a la comunidad escolar rural no se toma vacaciones


 


 


 


El 20 de enero pasado, integrantes del Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural visitaron la Escuela 68 de Paraje Portela, San Javier, Misiones. El objetivo era entregar una máquina de coser, mapas, útiles escolares, libros, ropa y calzados, respondiendo a un pedido que, en su oportunidad, realizó la directora de la institución, señora Dora Beatriz Falcón, quien motorizó un proyecto para instalar en la Escuela un "Taller de Costura".

La iniciativa pudo ser concretada gracias a un particular de Capital Federal, cuya donación ha permitido montar un "Taller de Costura" que hoy está siendo aprovechado por los alumnos que cursan el 2º ciclo lectivo de la Escuela Nº 68 de Paraje Portela junto a las madres rurales. “La capacitación que obtengan en la escuela les permitirá en un futuro no muy lejano obtener un oficio que les brindará mejores oportunidades laborales, como así también la posibilidad de atender las necesidades propias de su hogar y su familia”, destacó la directora.

En oportunidad de la visita, la comunidad escolar de San Javier y la Red de Mujeres de la localidad manifestaron su agradecimiento al compañero Gerónimo Venegas y al “Programa de Ayuda a Comunidad Escolar Rural” de Osprera “por la profunda preocupación que sienten permanentemente por mejorar la calidad de vida del trabajador rural y su familia y, muy especialmente, la de los niños y niñas, y la de las trabajadoras rurales”.

La escuela rural necesita una buena biblioteca

La lectura puede ayudar a vencer muchas de las barreras que traban el desarrollo de alumnos que viven en zonas rurales del norte, del sur, de la zona cordillerana y del litoral de nuestro país, y a quienes debemos formar como lectores.

“La lectura del universo antecede a la lectura de la palabra”, dice Paulo Freire. Y, luego, cuenta: “El desciframiento de la palabra fluía naturalmente de la lectura, del mundo particular. No era algo que estuviese superpuesto a él. Fui alfabetizado en el suelo del patio de mi casa, a la sombra de los mangos, con palabras de mi mundo y no del mundo adulto de mis padres. El suelo fue mi pizarra, las ramitas, mi tiza…”.

La formación lectora se va constituyendo también a partir de las primeras historias contadas por padres o abuelos con entrañable afecto. Gianni Rodari, en su Gramática de la Fontana, describe en detalle este tipo de experiencias, que forman parte de la intimidad familiar, por lo significativas que son dados los estímulos que generan.

Se habla de difundir el libro y la lectura porque es necesario que los alumnos sean buenos e insaciables lectores para comprender la palabra escrita y el universo que nos rodea. He aquí la capacidad transformadora de la lectura, su poder.

Y se habla de difundir el libro y la lectura, en principio, en la escuela primaria y pública a la que concurren masivamente los chicos, para que haya libros en los rincones más apartados. Hasta en la más distante escuelita posee, a su frente, algún luchador maestro que acerca la palabra escrita a quienes están alejados de cualquier otro medio.

Hay otros ámbitos: talleres, bibliotecas, librerías especializadas y centros culturales, que realizan una valiosísima tarea. Pero allí concurren los que han sido iniciados en el interés y el placer de leer, aquellos que ya han descubierto la lectura. En cambio, para muchos niños y adolescentes rurales, la escuela es donde quizás se encuentren por primera vez con el libro, donde pueden iniciar ese especial intercambio con el texto, e incluso donde se puedan transformar en agentes multiplicadores.

La buena relación con el libro y la lectura, así como los frutos de esta relación, se irán viendo poco a poco. Quizás los primeros pasos puedan ser producidos a través de dibujos o imágenes que los niños rurales pueden realizar basados en la lectura o contando en voz alta un cuento o narraciones.

El “Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural” ayuda a iniciar “Bibliotecas escolares” en las escuelas rurales y, en otras bibliotecas que poseen continuidad, ayuda a engrosar o actualizar el acervo bibliográfico. Se fundamenta en la certeza de que “las bibliotecas escolares de las escuelas rurales cumplen una importante función en la educación para salvar al niño y al adolescente, y para salvar la crisis que afecta a la educación, que se encuentra originada por innumerables factores entre los cuales las desigualdades de orden político, social y económico gravitan poderosamente al impedir a todos el acceso igualitario a fuentes de trabajo y cultura.

Lamentablemente, existen causales de discriminación como el racismo, el origen, la condición económica, la situación oficial y el grado de instrucción, según detalla Pierre Juvigny (“Contra las discriminaciones, por la igualdad ante la educación”, Unesco – Lieja, 1962, p. 39).

Ni la automatización ni la electrónica pudieron eliminar el libro como fuente principal para la educación. Por ello, el Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural enseña a manejar las bibliotecas y a descubrir y a conocer los verdaderos libros para participar del mundo civilizado como hombres y mujeres, no como individuos.

Es útil reflexionar sobre este pensamiento de Radhakrishnan: “La civilización la llevamos en el alma, en nuestros conceptos morales, ideas, religión y entretenimiento social. No porque tenemos buques de vapor y ferrocarriles y porque usamos el teléfono y la máquina de escribir nos llamamos ‘civilizados’. Un mono, aún cuando esté adiestrado para andar en bicicleta, tener un vaso y fumar en pipa, es siempre un mono”.