"El lazo más fuerte que tenemos con la vida se expresa en la sonrisa de un niño". Janusz Korczak (Varsovia 1878 Treblinka 1942)
viernes, 27 de marzo de 2009
Agradecimiento
Soy la Directora de la Esc.Nº 790 de la Colonia 3 de abril de la Ciudad de Bella Vista,Ctes.
Queria agradecerle, en nombre de los chicos y la comunidad toda por su valiosa colaboracion para con esta Institucion con la donacion de materiales didacticos. Estos son de suma importancia ya que no contamos con Biblioteca ni disponemos de muchos libros para que los niños desarrollen el habito de la lectura, ahora y gracias a ustedes podran llevar a sus casas y compartir con sus familias. Les enviaremos fotos y cartitas de los niños. Muchas gracias y hasta pronto.
Mirta Sanchez
Escuela Secundaria en Paraje El Toba, Santa Fe
Una ayuda para chicos mocovíes
El sábado 21 de marzo visitamos la Escuela Nº 1310 “Dr. Esteban L. Maradona”, en el Paraje El Toba, Santa Fe. Los alumnos pertenecen a la etnia “mocoví”, y con ahínco se esfuerzan por estudiar y completar el ciclo secundario, que ahora pueden realizar en su población.
La directora Mirta Moliné nos contó que, durante mucho tiempo, los jóvenes que anhelaban seguir sus estudios después de la primaria debían viajar casi 30 km. hasta un colegio en la localidad de Margarita. Además del sacrificio para concurrir a clases, no lograban integrarse al alumnado, y por lo general abandonaban la escuela.
Fue por eso que la directora y el cuerpo docente lucharon por incorporar el secundario rural a la Escuela Nº 1310. Con la esperada apertura de los cursos del EGB1 y EGB2, este año aumentó notablemente la matrícula escolar.
Para ayudar a la comunidad a seguir adelante con esta iniciativa, llevamos libros, útiles escolares, un televisor, un escáner, videocasetera, casetes, juguetes, 50 kilogramos de leche en polvo, ropa y calzados.
En el acto no hubo ningún padre ni madre. Eso sí: había muchísimos chicos, que nos estaban esperando con los brazos abiertos, muy contentos y brindándonos mucho cariño. Había varias jóvenes madres, de 14 o 15 años.
Me llevé una hermosa sorpresa con una nenita de cinco años, “Eli”, que no se desprendió ni un minuto de mí y me ayudó a poner las donaciones sobre la mesa. Cuando encontró un par de sandalias de su talle dio un grito de alegría y me pidió que se las pusiera, mientras me preguntaba si “podía llevárselas a su casa”. Entonces me pregunté si los niños rurales andan descalzos porque están acostumbrados, o si lo hacen simplemente porque no poseen el calzado adecuado.
La escuela, que lleva el nombre de un gran benefactor de las comunidades aborígenes, es muy bonita, con un bello parque hecho y mantenido por un ex-alumno de 15 años de edad, y con algunos juegos de plaza.
El sueño de los alumnos es tener una hamaca y contar con indumentaria y calzado para formar un equipo de fútbol en la escuela. Prometimos ayudarlos a alcanzar ese objetivo, ya que la escuela es el centro de la comunidad mocoví de la zona, y necesitan saber que no están solos en su lucha.
Dra. Bibiana Mónica Ruibal
Coordinadora del Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural
lunes, 16 de marzo de 2009
Promoción de la lectura
Leer abre las puertas al futuro. Es por eso que OSPRERA está colaborando desde hace más de un año con el Programa de Promoción del Libro de la Secretaría de Cultura de la Nación. Esta iniciativa, que impulsa la lectura en distintos ámbitos, no tenía los medios para acercar el material didáctico al campo, razón por la cual recurrió a nosotros.
Nuestro Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural entrega a las escuelas rurales los libros y materiales didácticos que nos brinda la Secretaría de Cultura. Así, los docentes pueden contar con las herramientas didácticas más modernas, para que nuestros chicos encuentren en la lectura una posibilidad de crecimiento.
El próximo envío llegará a tres escuelas rurales de la provincia de Corrientes que necesitan equipar sus bibliotecas.
Cada una de las entidades recibirá:
- diez videos del Programa D.N.I. (educativos)
- una colección de 20 títulos de Emecé Editores
- una colección de 10 títulos de distintos sellos editoriales
- un ejemplar de "En las profundidades" de la Cámara Arg. de Publicaciones
- un ejemplar de "Coro Nacional de Niños"
- cinco juegos de tres láminas c/u de próceres argentinos.
Dijo Marcel Prevost que “el hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma”. Para nosotros, participar de esta obra es un motivo de alegría, y queremos compartirlo con todos los compañeros.
Dra. Bibiana Mónica Ruibal
Coordinadora del Programa de Ayuda a la Comunidad Escolar Rural
miércoles, 4 de marzo de 2009
San Felipe, Sgo. del Estero
Una escuela en lo profundo del monte
El pasado 16 de febrero, cuando el calor no daba tregua, llevamos donaciones a la Escuela Nº 943 “Teresa Aldas Díaz” de San Felipe, Departamento Moreno, Santiago del Estero. Para llegar, recorrimos 47 kilómetros por las ‘picadas’ (agrestes caminos que abren las máquinas al deforestar), entre guadales y montes de espinillos, cactus, quimiles, mistoles y algarrobos. Allí, 57 chicos estudian en medio del monte, en un edificio que no tiene agua potable, sanitarios ni electricidad. Y en donde, pese a toda la adversidad, docentes y alumnos persisten en la tarea de educar y educarse.
La gente de la zona es humilde: en su mayoría está desocupada, o vive de ‘changas’. Las viviendas son ranchos de adobe y paja; la principal fuente de ingresos es la producción de carbón de leña, una tarea de la que participa toda la familia. Muchas veces, los chicos llegan a la escuela con las manitos percudidas y lastimadas por la dura labor.
El Director de la Escuela, Prof. Jorge Cisneros, viajó en la camioneta por nosotros. Mientras oficiaba de guía, nos contó cómo es un día típico en esta escuela, en la que se desempeña desde hace diez años. Nos habló de la dureza de la zona, del espíritu bravo de quienes desafían al monte, de la desolación.
Grande fue nuestra sorpresa cuando llegamos a la escuela: allí nos esperaba una gran cantidad de niños y madres vestidas con esmero, portando carteles de bienvenida. Nos ayudaron a descargar la ropa, el calzado, los útiles escolares, los juguetes, los alimentos, los juegos didácticos, el televisor color y la videocasetera que llevamos para ellos.
En medio de esta realidad donde reinan el abandono y la incomunicación, en donde falta lo esencial, en donde no existen centros de atención sanitaria ni servicios básicos, lamentablemente resulta difícil aseverar que los niños de San Felipe tienen garantizado su derecho a recibir educación.
No obstante, gracias a la actitud de personas como el Prof. Cisneros, los docentes de la Escuela Teresa Aldas Díaz y los papás integrantes de la Asociación Cooperadora, me permito la esperanza. Hoy, los alumnos tienen una hermosa escuela que los protege y no los va a abandonar. Nosotros tampoco.
Desde aquí, mandamos un cálido saludo a docentes, papás y alumnos de San Felipe. ¡A seguir estudiando con mucha fuerza, en el medio del monte!
Mamás jóvenes
En el medio de la alegría por el encuentro con esos niños tan inocentes, que viven en esa zona tan carente y árida, pude observar a dos jóvenes madres con sus bebés en brazos. El Prof. Cisneros nos comentó que en San Felipe los embarazos precoces son frecuentes. De hecho, la noticia del nacimiento en Gran Bretaña de una beba de padres de tan sólo 15 y 13 años de edad, que hoy en día recorre e impacta al mundo, no constituye sorpresa alguna en esta localidad.
El problema radica en la precariedad de la situación de estas madres adolescentes: no cuentan con atención médica ni recursos para garantizar una buena salud materno-infantil, ni reciben apoyo para continuar su educación. Al abandono escolar se suman las dificultades sociales y económicas para criar a ese pequeño bebé en forma digna.
Dra. Bibiana Mónica Ruibal
Rubén Benitez - Secretario de Acción Social de OSPRERA
lunes, 2 de marzo de 2009
Vendió sus quince patos para poder ir a la escuela
MARIO TECHERA, 14 AÑOS
Le apasiona criarlos. Pero no dudó en desprenderse de ellos para comprar útiles.
Por: Mariana Iglesia - Clarin
Los ojos de Mario se encienden cuando habla de sus patos. Los cría él. Son su entretenimiento, su pasión. Igual, no dudó en vender a sus patitos cuando estuvo en un gran apuro: empezaban las clases, no tenía útiles ni zapatillas, y quería estudiar. Vendió 15 de sus 16 patos. Le dieron 150 pesos. Compró todo lo que necesitaba.
Empezó a estudiar. Ahí no más, y al tanto de la situación, una fundación decidió darle una beca que lo acompañará durante todo el secundario. Mario Techera tiene 14 años y un montón de justificativos para dejarse estar. Vive en Berazategui, en una zona que llaman barrio Bustillo, pero sólo por llamarla, porque en realidad es una de esas tantas villas que inundan el conurbano. Su mamá, un día se fue. Y él ahora vive con Marcelo, su hermano de 18 años que sufre un severo retraso mental, y su papá, el gran Vilmar. Hasta hace unos días, el hombre de 73 años cartoneaba, pero a fuerza de balas (muestra las marcas en su cuerpo) le quitaron su chango y su caballo. Así que ahora nada de nada. Sólo su pensión. A Mario no le gusta cartonear.
Nunca quiso acompañar a su papá. "Y yo no lo obligo. Está para otras cosas. Quiero que estudie", dice Vilmar. Y Mario estudia. Gracias a sus patos primero y a la beca después, el chico va a la escuela. Le gusta Lengua porque le gusta leer y escribir. Le gusta gimnasia, porque es ágil y se reconoce deportista. O tal vez sólo futbolista. Muere por River, pero también juega en el Club Juventud Unida y parece que es un gran defensor.
Le cuesta Matemática. Mucho, como a tantos. Pero para eso está Mariana, una de las profesionales de la Fundación Cimientos que va a la escuela a dar apoyo como par te de este Programa de Retención y Reingreso (ver..). La beca es de 135 pesos por mes y él puede gastarla en lo que necesite para estudiar, sobre todo, útiles.
"Cuando me ve ajustado, Mario me quiere dar plata", confiesa el papá. Pero esa plata no se toca: "Es de los estudios. No se usa para nada más". O a veces sí. Con la primera beca se compró una pata para que hiciera pareja con el único pato que se había guardado. Enseguida se reprodujeron. El también cría gallinas y conejos.
Difícil vislumbrar un futuro siquiera en ciertas circunstancias. Mario lo puede ver, o al menos se permite soñar. Y sí, le gustaría ir a la universidad para ser veterinario y tener su propia veterinaria. Por ahora sus animales corren alrededor de la casilla de material que lo vio nacer y que está a siete cuadras de la escuela N° 37 a la qque va todas las mañanas. "Vale la pena hacer el esfuerzo –dice Mario tímidamente–. La escuela es la única que puede ayudar a tener un trabajo".