Marzo es, en mi memoria, mi niñez en Mercedes
la casa de mis padres, el retorno a la escuela
y ese final de todo final de vacaciones,
ante los libros nuevos y la nueva maestra.
Y es la voz de mi madre que llama para el día,
y es el aire más leve y el cielo más alto,
y es, desde las primeras auroras del otoño,
mirar partir las noches últimas del verano.
Marzo alumbra mi infancia con luz de primavera
-para ser primavera le faltaban glicinas-;
el sueño podía tocarse con las manos y estaban
muy distantes las cosas de la vida.
Luis Cané.
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